martes, 10 de mayo de 2011

MANIFIESTO DE SINDICALISTAS CON IZQUIERDA UNIDA.

Las próximas elecciones municipales y autonómicas se dan en un claro contexto de crisis que esta pagando la clase trabajadora, especialmente si son jóvenes, mujeres o inmigrantes.
En Aragón, el número de parados y paradas supera las 115.000 personas, son más de 30.000 las familias que tienen a todos sus miembros en paro, la amenaza de exclusión social ha aumentado en el último año un 12 %; la ejecución de hipotecas, los desahucios, con el drama que conllevan, es un hecho inaceptable más de esta crisis.
La reforma laboral ha abaratado el despido y, lejos de facilitar la contratación indefinida, la ha convertido en una excepción que no supera el 9% del total de contrataciones. La temporalidad y la precariedad se ven como algo cotidiano.
Quieren que trabajemos más, para cobrar menos. La reforma del sistema público de pensiones constituye un ataque sin precedentes al salario indirecto de los trabajadores y a su futuro bienestar; y tiene como finalidad abrir camino a los fondos privados de pensiones y garantizar los recursos necesarios para hacer frente a la deuda externa de la Banca española, generada esencialmente en el proceso de especulación inmobiliaria.
No hay ni una sola medida de las tomadas por el Gobierno central y el autonómico de Marcelino Iglesias y José Ángel Biel, que no vayan directa o indirectamente en beneficio de la banca, los empresarios y de los mercados. Para ello se sacrifica el empleo, los servicios sociales, las pensiones y la inversión pública.
Ya hemos podido constatar que las medidas que se están adoptando frente a la crisis, impulsadas por la Comisión Europea y el FMI, y exigidas por los gobiernos neoliberales de los países centrales de la UE, están fracasando y generan un alto coste para los trabajadores y trabajadoras, tanto por cuenta ajena como autónomos, y para la gran mayoría de la ciudadanía. Se reconoce sin rubor que son los mercados, las multinacionales, los que mandan sobre la voluntad popular. Mercados que, aunque se quiere ocultar, tienen nombre y apellidos: son los dueños de los grandes bancos y de las grandes empresas, los gestores de los fondos especulativos.
Pero las gentes que vivimos de nuestro trabajo o las que lo hemos perdido no aceptamos esta situación como si fuera un castigo que debemos acatar. Que paguemos la crisis quienes no la hemos creado, no es una necesidad, sino la mejor conveniencia de los mismos que la generaron y que obtuvieron y siguen ahora obteniendo escandalosos beneficios. Nuestra crisis es su negocio.
Nos rebelamos frente a esa conveniencia injusta y explotadora. Nos rebelamos frente a las políticas de derechas del Gobierno del PSOE y nos rebelamos frente a la derecha económica y política cuya receta es: sacrificios para la clase trabajadora y beneficios para el capital.
IZQUIERDA UNIDA mantiene frente a la crisis una posición coherente y combativa frente a las continuas agresiones a los derechos laborales y sociales. Sigue defendiendo un amplio paquete de medidas para iniciar una salida social y democrática a la crisis, centrada en la creación de empleo estable y con derechos, y en el impulso de una economía productiva que sea social y medioambientalmente sostenible.
IZQUIERDA UNIDA
defiende con firmeza en las instituciones los derechos sociales y reclama, a través de propuestas legislativas, mociones e iniciativas en las instituciones que la crisis la paguen los ricos, los bancos y las multinacionales, implementando un sistema impositivo redistributivo más justo y solidario, luchando contra la economía sumergida y el fraude fiscal.
IZQUIERDA UNIDA ha estado con nosotros y nosotras en la calle, en todas nuestras movilizaciones, siempre a nuestro lado, en la huelga general del 29S; ha sido nuestra voz en las instituciones y ha batallado contra la oleada antisindical que han impulsado las derechas en una clara agresión al movimiento obrero y sus organizaciones.
IZQUIERDA UNIDA se ha mantenido firme con las gentes de izquierda, con la clase trabajadora, porque son gente como nosotros, siendo la única formación política de ámbito estatal que ha demostrado con hechos su lucha contra la corrupción y su apuesta por una democracia real que no se arrodille ante los mercados.
IZQUIERDA UNIDA ha sido así mismo altavoz de la ciudadanía en la calle y en las instituciones defendiendo los servicios públicos, y a los trabajadores y trabajadoras de la función pública, ya que la defensa de sus derechos es la defensa de la calidad y la universalidad de los mismos frente a las ansias privatizadoras y mercantilistas de la derecha y los mercados.
Por todo ello, los trabajadores y las trabajadoras que firmamos este manifiesto apoyamos las candidaturas de IZQUIERDA UNIDA a las Cortes de Aragón y a los Ayuntamientos aragoneses y hacemos un llamamiento a la ciudadanía aragonesa para VOTAR A IZQUIERDA UNIDA y hacer posible, con el voto, que la voz de la izquierda llegue a nuestras instituciones con fuerza, que garantice políticas alternativas, que hagan que la crisis dejen de pagarla trabajadores y trabajadoras y que abra la posibilidad hacia un cambio de modelo político, económico y social.



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