domingo, 2 de septiembre de 2012

Que se atengan a las consecuencias…

Que se atengan a las consecuencias aquellos que faltan a la palabra dada en post de la paz social (antiguo concepto que no creí nunca aunque respetaba). Que luego no se quejen los gobiernos que sin legitimidad moral alteran sus programas con mentiras y embustes, y abandonan a las bases de su poder, los proletarios y ciudadanos. Que no pidan clemencia Rajoy y sus mercados cuando retornemos al poder los soberanos de la tierra, porque no nos temblará el pulso ni a nosotros ni a nuestros hijos para cargar con ira contra la maldad de sus actos.
El corte profundo a las necesidades básicas. El robo descarado y premeditado a las arcas sociales. El desmantelamiento de derechos ganados a pulso con la consecución de obligaciones. La retirada de vendas de la justicia española. La contagiosa avaricia de poder y entrega a la malversación. La grosera estupidez académica de nuestros gestores y dirigentes. El doblegamiento servil y medieval a los mercados supraneoliberales. El cultivo de la pobreza para los más débiles. La desvergüenza política mayor con indecencia ética. La socialización de una deuda privada pagada con el sudor de todos los ciudadanos limpiando las heridas del capitalismo muerto en estado de embriaguez absoluta con medidas puramente socialistas, para pagar sí que quieren socialismo.
Y muchas más aseveraciones serían posibles enumerar sobre un sistema podrido y consciente de su podredumbre. Conocedor de sus males y basado en el mal ajeno como modo de crecimiento. Su sed y gula de egoísmo es aún más notable cuando nos quitan lo nuestro ya sin caretas, con el aparato de represión dispuesto a ayudar a la indiferencia que se nos muestra.
Ahora que han sacado su rostro sin vergüenza, ahora que han decidido aplaudir sus medidas irresponsables en aras de una democracia vacía, que no esperen más que la defensa frontal de una clase obrera que se va a mostrar hostil conmigo como un soldado más.
Desobediencia civil. Desmantelamiento de sus privilegios. Búsqueda indiscriminada de las grietas de sus resortes más inexpugnables. Que no esperen respeto y acatamiento de la justicia partidista actual, ni miedo a los golpes cobardes de una policía mezquina y fascista. Que no esperen que haya buen trato a los represores de la libertad, porque tomaremos el poder de forma responsable y cabal, recuperando la soberanía y vengando su burla.
Será poco a poco, será una infección ideológica cruel con los postulados y planes económicos mundiales que destrozarán las mentiras y estrategias atontadoras existentes. Los pueblos tomarán conciencia de su suerte y se unirán de nuevo para lograr justicia y reparto equitativo de la riqueza. Muchos comenzamos hoy otra guerrilla rota la tregua por el enemigo común. Muchos gestamos ya el poso de unos cimientos que no se podrán derruir en nuestras mentes. Este es el comienzo del fin del imperio de la maldad, las políticas capitalistas morirán agónicamente alentadas por su propia codicia.
Juan Carlos Manterola.

Militante Agrupación Servicios “Josefina Samper” del PCE Aragón

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